En julio apareció en Meristation una noticia que aseguraba que en 18 meses habría juegos hardcore para Kinect. Esto significa que, si Kinect salió este mes, en 14 meses ya va a haber juegos hardcore, algo a lo que creo que no se arriesgó ni Nintendo con la Wii salvo algún título aislado.
Probar cosas nuevas me parece muy loable por parte de la división de Xbox, pero ¿no estamos avanzando un poco rápido? Vale que las primeras cifras de Kinect son acojonantes: no ha pasado ni un mes y ya hay un millón de unidades vendidas (la mayoría en EE.UU.), pero están empezando a aparecer rumores ridículos sobre secuelas y nuevos títulos de sagas hechas para jugadores hardcore que aparecerán listos para ser jugados con el nuevo dispositivo de Microsoft.
Se rumoreaba que el próximo Gears of War aparecería para jugarse con Kinect, un rumor que ya ha sido desmentido; y también hay rumores de que la secuela del espectacular Alan Wake tendría una versión para Kinect. Vamos a ver: estos son juegos de muchas horas y para jugar con un mando que responda bien y con movimientos instintivos e instantáneos y fáciles de realizar. ¿Seguro que es buena idea sacarlos para un dispositivo tan nuevo y en el cual aún no se tiene experiencia adaptando juegos?
Esto es sólo una opinión, claro. Microsoft no tiene por qué seguir los pasos de Nintendo y hacer un dispositivo sólo para casuals. A lo mejor, resulta que consiguen que el jugador hardcore abandone el sofá y el mando y se ponga a jugar con todo su cuerpo. Si le echan las mismas horas, tendremos una generación de cuerpos apolíneos en nuestras manos.
Retiro parte de lo dicho. Ya os explicaré por qué.
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